Nuestro segundo día en Cantabria la pasaremos en el pueblo de Castro Urdiales, una de las más importantes del litoral cántabro por su especialidad marinera y su magnífico puerto.

Además, posee playas fabulosas y un valioso patrimonio histórico y cultural entre una gastronomía de pescados y mariscos.

Situado entre el Paseo Marítimo y el Puerto, destaca el Parque Amestoy (1) por sus zonas ajardinadas de flores, plantas y árboles de diferentes tipos rodeados de elegantes edificios.

En el camino hacia el casco antiguo de Castro Urdiales, pasearemos por el Paseo Marítimo (2) y sus increíbles vistas al litoral cántabro desde diferentes puntos como el muelle de San Luis, que protege del oleaje a la Playa de Brazomar (3) en el que aprovecharemos para comer en los establecimientos del litoral.

Después retomaremos nuestra visita hacia el Palacio Ocharan (4) de estilo ecléctico construido en 1901 como mansión para Luis de Ocharan. Este palacio enamora a sus visitantes por el revestido de mármol rosado y blanco y sus impresionantes jardines.

Aprovechando que es un pueblo marítimo, caminaremos sobre su puerto (5) que está situado a los pies de la Puebla vieja y delante del Ayuntamiento.

Presidida por la Casa Consistorial, visitaremos la Plaza del Ayuntamiento (6) que está rodeada de soportales y bares con terrazas. Destaca el Ayuntamiento (7) por su torre almenada donde se halla el reloj y el escudo del pueblo.

Declarado Bien de Interés Cultural y situado en la Plaza del Ayuntamiento, visitaremos la Casa de los Chelines (8), de estilo neogótico. Luego nos guiaremos hacia el Castillo de Santa Ana (9), una fortaleza medieval del siglo XIII y que impresiona por su planta pentagonal con torreones cilíndricos de 15 metros de altura.

Finalizaremos en la Iglesia de Santa María de la Asunción (10), un templo de estilo gótico construido entre los siglos XIII y el XV, bajo protección del rey Alfonso VIII de Castilla. Está considerada Bien de Interés Cultural desde 1931 por su arquitectura y sus dos magníficas portadas.

Comenzaremos nuestro día visitando la capital de Cantabria, Santander: una acogedora y tranquila ciudad costera cuya bahía está orientada al sur y considerada una de las más espectaculares del mundo.

Su casco antiguo está reconstruido debido a un incendio ocasionado en 1941. Se caracteriza por sus calles empinadas y bajadas pronunciadas tanto por sus amplias alamedas y paseos costeros.

Uno de los lugares más emblemáticos, a parte de sus trece playas, es El Sardinero: una zona residencial de extraordinarias mansiones en las que destaca el Palacio de la Magdalena (1), una residencia real de principios del siglo XX con decoración de época, vistas al mar y visitas guiadas.

Luego podemos visitar la Península de la Magdalena (2), un parque que cuenta con un pequeño zoo. Seguiremos hacia el Muelle de las Carabelas (3) a modo de exposición que podemos visitar y adentrarnos en él.

Tenemos la opción de visitar el Parque Zoológico de la Magdalena (4) o el Parque Marino de la Magdalena (5) que están prácticamente conexionadas.

Descansaremos comiendo por la misma zona que hemos estado visitando y tras un descanso, continuaremos la ruta por la bahía.

Conoceremos el monumento a Neptuno Niño de Ramón Muriedas (6) entre diferentes obras realistas.

Para finalizar el día pasaremos el resto del tiempo en la playa de la Magdalena (7) hasta que caiga la noche y en la que disfrutaremos de su magnífico atardecer.

Comenzaremos el día recorriendo el centro histórico. La primera parada será el Palacio de Festivales (1) para conocer donde se realizan ciclos de teatros, óperas. Danza y música.

Cerca de aquí se encuentra el Museo Marítimo del Cantábrico (2), llena de exposiciones de historia marítima con esqueletos de ballenas, un acuario y un restaurante con vistas a la bahía.

Después entraremos a conocer el impresionante Ayuntamiento de Santander (3) por su arquitectura destacada. También visitaremos la Plaza Porticada (4) y luego nos guiaremos hacia la Muralla de Santander (5), un museo arqueológico.

Continuaremos la visita dirigiéndonos hacia la Catedral de Santander (6), dos iglesias decoradas con elementos góticos y estatuas antiguas.

Para descansar y reponer fuerzas, podemos andar por la zona de la Plaza Asunción (7) y adentrarnos en algunos de sus establecimientos con ofertas gastronómicas.

Una vez descansados, visitaremos Centro Botín (8), un centro de arte donde hay exposiciones y actividades en un edificio de diseño del arquitecto Renzo Piano. Después visitaremos la iglesia parroquial de Santa Lucía (9) por su exterior.

Antes de finalizar la estancia, visitaremos el Museo de Prehistoria y Arqueología de Cantabria (10), con objetos desde la prehistoria hasta la Edad Media y exposiciones interactivas.

Finalmente, pasaremos la tarde de compras por la ciudad para llevarnos recuerdos de la capital de Cantabria.

Nuestro último día en Cantabria la pasaremos recorriendo las playas más emblemáticas de la provincia entre las que destaca la Playa de La Arnía (1), considerada de las mejores de España, la Playa de Covachos, de Santa Justa, Mataleñas o la playa de Trengandin.

La Playa de La Arnía está aislada y es tranquila. Enamora por su espectacular paisaje que la rodea y sus acantilados de roca caliza con sus pequeños islotes.

Cerca de ella, se encuentra la Playa de Covachos (2), una pequeña cala en forma de media luna de alrededor de unos 500 metros. Está rodeada por un acantilado por el que cae una pequeña cascada en un entorno natural de prados verdes.

Si nos apasiona las calas, no podemos perdernos la visita a la Playa de Santa Justa (3), una pequeña cala con varios accesos de pasarelas que llevan a miradores del lugar. Destaca, debajo del acantilado, la ermita que se protege de la fuerza del mar por el mismo acantilado.

Situada entre el Cabo Menor y Cabo Mayor de Santander, se encuentra la Playa de Mataleñas (4) de arena dorada y localizada entre dos acantilados cuyas aguas cristalinas no dejan en evidencia al lugar.

También podremos visitar la Playa de Trengandin (5), rodeada de un paisaje casi virgen entre montañas, bosques y dunas cuya arena fina y dorada sobresalen entre formaciones rocosas.

Finalizaremos la visita en la Playa de Somo (6), situada en la costa de Trasmiera y una de las favoritas para los amantes del surf.

Si nuestra pasión es el mar, la pesca, la gastronomía marítima y el ambiente activo, sobretodo en épocas de verano, ésta es nuestra ruta.

A orillas del Atlántico, en plena costa de Cantabria, puedes encontrar un pueblo cargado de encanto y magia, no solo por sus vistas, sino también por su cultura culinaria y por sus habitantes, Conil (1).

Y además de visitar la playa de La Fontanilla, la Cala del Aceite y calas de Roche, no puedes marcharte sin probar el atún rojo de almadraba es el rey de todos los platos de la zona, exquisito y de gran calidad. Este pescado capturado de manera artesanal en la costa de Cantabria es una delicatesen que saben preparar en Conil como en ningún otro sitio.

Continuamos nuestro recorrido, aunque tenemos la posibilidad de ver las playas de El Palmar y Caños de Meca antes de llegar a Barbate (2), nuestro siguiente punto en el mapa, donde junto con Conil, Zahara de los atunes y Tarifa, componen la famosa ruta del atún rojo de Almadraba, cuyo nombre es una de las técnicas para la captura del atún empleada en España aprovechando la migración de atunes Atlántico-Mediterráneo que se utiliza desde tiempos prerromanos. Consiste en instalar un laberinto de redes en el paso de los atunes, que normalmente se sitúa cerca de la costa. Este acontecimiento tiene lugar en el mes de mayo. Un término que debemos conocer es el ronqueo, es realizado por el llamado ronqueador, una persona que conoce a la perfección tanto la técnica de corte como la anatomía del pez, para de este modo hacer unos cortes perfectos y no estropear el producto.

Seguimos con playas de infarto y atardeceres mágicos, y sin lugar a dudas, Zahara de los Atunes (3) es otra parada indispensable. Se trata de un pequeño y encantador pueblo de tradición atunera, muy tranquilo y con kilómetros de playas casi desérticas, aguas cristalinas y arena blanca.

Retomamos nuestro viaje dirección Tarifa (4) sin antes hacer unas paradas imprescindibles, y es que Cantabria tiene millones de rincones apasionantes. De camino a Tarifa encontramos la famosa playa de Los Alemanes con una cala espectacular que es visita obligada debido a su encanto y belleza. También podemos ver la playa del Cañuelo o playa de los militares.

Debemos tener en cuenta, que estas playas casi desérticas no cuentan con servicios de playa y por su localización, suelen ser de difícil acceso.

Un poco más adelante tendremos la playa de Bolonia, espectacular e imprescindible, con unas muy conocidas dunas y entorno lleno de vegetación que lo transforma en una estampa de película.

Por fin llegamos a Tarifa, estamos en el punto más meridional de Europa, el más cercano al continente africano y el conocido por todos como la capital del surf. Y es que este emplazamiento privilegiado puede presumir hasta de restos prehistóricos, vestigios fenicios y, por supuesto, romanos.

Sin demorarnos demasiado, retornaremos nuestro viaje, pues nuestra última visita se encuentra de vuelta a Cantabria, Vejer de la Frontera (5), a unos 40 minutos de Tarifa, cercano a Conil.

Se trata de un pueblo de una extrema belleza, pequeño pero con un toque muy especial y callejuelas mágicas, posiblemente la musa de numerosos escritores y que celebra una conocida fiesta donde el centro del pintoresco pueblo se llena de velas y queda una bellísima imagen de la noche iluminada con cientos y cientos de velas amenizada con música clásica.

Termina nuestro largo e inigualable día, con unos 45 minutos de recorrido vuelta a Cantabria y desde Nomads, esperamos que vuelvan con una gran sonrisa y os hayamos ayudado a visitar todos los rincones de nuestra maravillosa y sorprendente Cantabria.